Las cigüeñas blancas al anochecer sobre los bosques de tarayes tienen el color de los flamencos. MF-A
9:58 h Hoy había tal helada por la mañana que la hierba no estaba verde y escarchada, sino que sólo había escarcha de un verde muy claro.
9:59 h. En estos momentos, el sol está ya bastante alto sobre el horizonte y un arrendajo, que es el córvido que más me gusta, está bajo un roble, buscando bellotas que tal vez enterró aquí en otoño.
El arrendajo es canela y blanco y negro cuando vuela, y al abrir la alas, y también cuando las tiene cerradas, tiene unas plumas de un azul, barreadas de negro, que no he visto en otras aves.
Y quizá por esos colores menos tétricos que el de los cuervos, o el de las urracas pías, blancas y negras, que son aves del purgatorio, me gustan los arrendajos. O tal vez por esta tarea que hacen a veces en pareja, uno buscando bellotas o castañas enterradas, y el otro vigilando para dar la voz de alarma.
Tener arrendajos alrededor de mi casa, me llena de orgullo, porque esto era solo un prado y los robles en los que ahora se posan y les da bellotas, los planté yo, y con los robles, sin darme cuenta entonces, planté en este cielo arrendajos.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. Carlos de Hita, experto en sonidos de la Naturaleza, no se explica no que me gusten las urracas y nos ha enviado unos cacareos y voces curiosas de las urracas, grabadas por él, que voy a intentar insertar esta tarde en ACTUALIDAD.
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