13:35h El taxónomo de la Sociedad Española de Malacología, Emilio Rolán Mosquera, constata el avance de las poblaciones de esas caracolas llamadas cañadillas.
Favorecida por las últimas lluvias, ha empezado a remontar el río Ulla, desde el mar, la lamprea, el “pez de los ocho ojos” y la boca como una piña de dientes: el sueño de un vampiro. Estará en sazón hasta que cante el cuco.
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
LAMPREA
Favorecida por las últimas lluvias, ha empezado a remontar el río Ulla, desde el mar, la lamprea, el “pez de los ocho ojos” y la boca como una piña de dientes: el sueño de un vampiro. Estará en sazón hasta que cante el cuco.
NATURALEZA en ABC.es
ABC,15-1-2010
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Y así nos ha contado Enrique Dans cómo realizó esta magnífica imagen de la boca de una lamprea:
“La fotografía está tomada en el Restaurante La Atalaya, justo al lado del Balneario de Mondariz. En La puerta, el restaurante tiene un pequeño acuario en el que mantiene vivas a las lampreas, y éstas tienen la costumbre de adherir su boca a
superficies planas, de manera que en ocasiones, quedan de frente al cristal y se puede preparar la fotografía sin ningún tipo de problema, porque el pez se mueve generalmente muy poco. Está tomada con una cámara compacta, una Nikon S6, en posición macro, con una apertura de f/4.0 y una exposición de 0.0003.
Saludos,
Enrique Dans, Ph.D
http://www.flickr.com/photos/edans/
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VEA PINCHANDO AQUÍ UN VIDEO MUY BREVE PERO MUY ILUSTRATIVO DE LAS LAMPREAS EN LIBERTAD EN EL CARES
Por mi parte, dejo aquí lo que escribí sobre la lamprea y que me enseñaron hace unos días en el magnífico restaurante coruñés “El coral”.
EL CUCO Y LA LAMPREA MARINA
Están a punto de encontrarse la lamprea marina y el cuco.
La lamprea está subiendo por los ríos; por los que puede, claro, y el cuco desde África por un cielo abierto, para traer su primer canto. La lamprea marina es un pez muy raro. Enseña su fotografía Andrés, del restaurante “El Coral” de La Coruña, y cuenta que un alemán le dijo que en Alemania la llaman “el pez de los ocho ojos”, por los siete orificios branquiales que tiene a cada lado y que son del mismo tamaño que los ojos, de un color muy claro. Jamás la comen los germanos. Es un pez hematófago, se alimenta como un vampiro de la sangre de otros peces, a los que se adhiere con la boca, y viene por el mar y sube por los ríos para desovar y perder la vida. Pero antes de morir, se oye el canto del cuco. Y entonces dicen los pescadores que la lamprea “está cucada”, que ya ha pasado el tiempo en el que su carne es buena.
Están a punto de encontrarse el cuco y la lamprea marina. Ese día los pescadores, que tanto la buscaron, dirán que ya no la quieren.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC,13-3-2006
Fondo de Artículos de la Naturaleza
de www.aceytuno.com