De acuerdo con el folklore del siglo veinte, las leyes de la aerodinámica prueban que el abejorro debería ser incapaz de volar.
José Manuel Guerra Sanz
José Manuel Guerra Sanz
Buenas. Hoy sopla el viento del suroeste e imagino que también los araos, como el de esta fotografía enviada por SEO BirdLife Donostia, lo habrán notado.
No lo comenté hace unos días, pero a mí de las cosas que me gustán más del arao, es esa línea blanca que tienen algunas variedades de esta especie, y que va desde el ojo a los auriculares, como si tuviera lágrimas blancas, y en su ausencia, el rastro o la huella del camino que recorre, como este surco oscuro que se puede ver en la foto partiendo del ojo.
También el viento hace llorar, si sopla fuerte.
Que pasen un buen día.
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En la foto se aprecia ese surco oscuro pinchando sobre ella para ampliarla, y también en este
VIDEO BREVE EN EL QUE SE OBSERVA LA LÍNEA BLANCA QUE VA DEL OJO DEL ARAO A LOS AURICULARES
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Y hoy en ABC:
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
CIGÜEÑAS
En Santovenia del Esla, donde han llegado las cigüeñas, se ve a las parejas reparando los nidos que tienen en los postes de media tensión que avanzan junto a la carretera, y otros nidos más antiguos en un bosque de abedules.
NATURALEZA en ABC.es
ABC, 19-1-2010
Y hace unos años:
VIENTOS DEL SUROESTE
Cuando llueve y soplan los vientos del suroeste la lluvia es tibia, caliente como un tazón de leche. Después el cielo se despeja y dan ganas de vivir y de morir en el cálido día del invierno: ayer, en el valle de Cabuérniga, en Cantabría, a las nueve de la mañana tenía el aire veinte grados, por los vientos del suroeste.
Desde allí, Jesús Cañas Jiménez cuenta que estos vientos están llenando el aire de pájaros y de flores de cerezo, y que han traído desde África al alimoche, ese buitre que recuerda a la cigüeña, de un negro puro y de un blanco sucio, y que anda como un gallo por el pasto esperando el parto de una oveja; claro que, la primera en llegar es la urraca, y después el grajo y más tarde el alimoche para alimentarse todos de la placenta como un sólo mamífero. Entonces levantan el vuelo y allí abajo, en el bosque, como si todo lo hubieran traído los vientos del suroeste, salen de las ramas cantos recién llegados y hojas verdes de roble y flores blancas de endrino: en mi jardín, sobre unas ramas grises, han dejado estos vientos dos magnolias blancas que parecen dos mariposas de la col a punto de volar hacia el norte.
¿Dónde me llevareís hoy a mí, o cuando muera?, vientos del suroeste.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC,Lunes 12-3-2001
Fondo de Artículos de la
Naturaleza www.aceytuno.com
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No se pierdan hoy en el TABLÓN DE LOS USUARIOS la observación de Pedro sobre la LLUVIA Y LAS HORMIGAS.