Hoy vi desde el espigón del puerto algo curiosísimo.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Se adjunta, con permiso del autor, una fotografía de un buitre negro con nieve, obtenida el 13 de enero de 2009 en el comedero de buitres de Campo de San Pedro (Segovia), por Manuel López Lázaro. Esta foto obtuvo en 2009 el primer premio en un concurso fotográfico de Internet organizado por “Mirada Natural”, y figura por ello en un calendario de 2010.
La misma foto, que aparece asimismo en otro calendario realizado por su autor, ha obtenido una mención de honor en el Certamen Internacional de Fotografía de Montaña “Memorial María Luisa”, celebrado en Asturias; y será expuesta en Oviedo el próximo sábado 27 de febrero de 2010 (a partir de las 19 h.). Pueden verse más datos en: http://www.memorialmarialuisa.com.
La foto en cuestión se titula “El gran monje bajo la gran nevada”. (Recuérdese que el buitre negro, una de las aves rapaces más grandes del Viejo Mundo, también se llama “buitre monje”).
Como es bien sabido, se da la circunstancia de que ese día (13-1-2009) tuvo lugar el 34 aniversario de la inauguración del próximo Refugio de Rapaces de Montejo; y que el comedero de buitres de Campo de San Pedro es, junto con los comederos de Ayllón y del Refugio de Montejo, de los pocos que siguen funcionando en el nordeste de Segovia.
Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo
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Gracias,Lázaro y enhorabuena por la impresionante fotografía. Y gracias al doctor Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo por su envío.
Yo, por mi parte, les dejo con los inofensivos buitres.
Que pasen un buen día.
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INOFENSIVOS BUITRES
Sólo cuando la trompeta ha sonado y se callan las voces de los ojeadores, cuando cesa la traca de disparos y ya no parecen quemarse las encinas con el ruido de los plomos cayendo sobre las hojas. Cuando ya sólo se oye el aleteo de alguna perdiz afortunada, cuando el monte vuelve a su ser y a sus sonidos, tras el paso de los perros queriendo cobrar la pieza, sólo entonces, bajan del cielo dando vueltas los buitres.
Tienen esa paciencia del que sabe que la muerte siempre llega, que la vida siempre acaba, pero no hay nada de siniestro en ellos. Tal vez porque son grandiosos, cinco, seis buitres, blancos y negros, contra el cielo soleado, limpio y azul. Los tenía por buena señal Hércules.
“Porque de todos los animales es el menos dañino, no tocando nada de lo que los hombres siembran, plantan o apacientan, y alimentándose sólo de cuerpos muertos, porque se dice que no mata ni aún ofende a nada que tiene aliento…cuenta Herodoto Póntico, según recoge Bernis en las Vidas paralelas de Plutarco. Desprecian hasta la perdiz herida. Y al observarlos dar vueltas en el cielo, se sabe que se está viendo algo antiguo, y a la vez evolucionado, al no matar, ni querer nada que tenga vida.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 2-2-2004
Fondo de Artículos de
la Naturaleza de
www.aceytuno.com