Le imagino soñando con el Urumea y los salmones que deben de estar ya remontando el río como entonces.
MF-A
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Y un regalo inesperado: el elanio azul, cerniéndose sobre el viento con su silueta blanca y gris.
Por Pilar López
La mayor parte de las grullas que vienen del norte de Europa, realizando un viaje de migración de miles de kilómetros, invernan en las dehesas y tierras de regadío de Extremadura, donde se alimentan de los restos de las cosechas de arroz y maíz y de las bellotas caídas de las encinas.
En las Vegas Altas del Guadiana, cerca de la localidad de Madrigalejo, el regadío aloja cada invierno a miles de grullas que se pueden ver a pocos metros de las carreteras y de los caminos que discurren paralelos a los canales de riego y llevan a los numerosos embalses que retienen el agua del Ruecas, del Gargáligas, del Cubilar, afluentes todos del Guadiana. El agua, verdadero tesoro de estas tierras.
Como ha llovido tanto, las charcas están desbordadas, los embalses están llenos a rebosar. Cerca de la localidad de Obando, camino de Guadalupe, donde el regadío va dejando paso progresivamente a la dehesa, se ubica el embalse de El Cubilar, donde hay miles de aves, en su mayoría diversas especies de patos.
Disfrutamos así el pasado sábado de una preciosa excursión por estos lugares, de un frío día de invierno, soleado y claro, como siempre han sido por aquí los días de invierno. Y con la observación de las aves de invernada y de las que permanecen durante todo el año.
Hicimos una lista: grulla, garza real, garceta, garcillas, avefrías, ánade real, ánade rabudo, pato cuchara, cerceta, tarro canelo, porrón común, porrón pardo, focha, somormujo lavanco, zampullín chico, agujas colinegras? y un regalo inesperado: el elanio azul, cerniéndose sobre el viento con su silueta blanca y gris.
Diversidad en el año de la Biodiversidad, en una de las zonas de invernada de aves más importante de la Península Ibérica.
Un cordial saludo.
Pilar López.