Flor del madroño con rayos ultravioleta

Flor del madroño con rayos ultravioleta

Estimada Mónica:

Me asombra el resultado de la fotografía con rayos ultravioleta, que puede presentar como tulipas las florecillas del madroño.

(AUTOR DE LA FOTOGRAFÍA):TOMÁS CABELLO

Juan Ángel Brage

http://jardincaseria.blogspot.com

FOTO: Flores del madroño con luz ultravioleta.

AUTOR: TOMÁS CABELLO

Madroños: “En busca de abejorros autóctonos en cultivos subtropicales de la

costa granadina”

AUTORES:

Guerra Sanz, J., Cabello, T., Maria Jesús Martínez, Roldán. A.

Nos llegaron de repente vaharadas de perfume de las flores de níspero, un

olor agradable pero muy “denso”, nada sutil. Se daban a conocer antes de

verlas, íbamos por el camino que se dirigía a la entrada de la finca. José

Miguel, el dueño y agricultor de la finca, nos había saludado poco antes de

que aparcáramos los coches a la sombra de unos pinos muy crecidos que

ocupaban un buena parte de la cuneta. La sinuosa carretera de montaña que

daba entrada a las fincas situadas en las laderas de la montaña se perdía a

lo lejos, formando atrevidos ángulos para seguir trepando ladera arriba.

Habíamos llegado hasta allí con la intención de visitar cultivos de nísperos

en floración para tratar de capturar abejorros. El cultivo de nísperos

ocupaba una parte del total de la finca de José Miguel, con muchos otros

árboles subtropicales y frutales tradicionales: chirimoyos, aguacates,

naranjos, etc. Los que estaban en floración en estos momentos eran, sobre

todo, los nísperos, dejando ver los copos nevados desus pétalos en varios

centenares de metros en la ladera en la que nos encontrábamos, al igual que

en otras fincas vecinas.

Al acercarnos al cultivo pudimos apreciar el bordoneo de miles de abejas que

acudían a polinizar y pecorear. Para acercarnos a los árboles formamos una

fila, encabezada por José Miguel, seguía yo, Fabio y Maria Jesús, para

caminar por el sendero que rodeaba las parcelas de cultivos. Pasamos junto a

una parcela de naranjas clementinas y tuvimos que agachar la cabeza porque

un arbusto, que crecía junto al sendero, tenía demasiadas ramas y hojas.

Cuando estaba pasando por debajo del arbusto oí, de repente, el sonido

inconfundible de un abejorro que está vibrando las flores para desprender

los granos de polen. En realidad, con este comportamiento lo que hacen es

provocar ultrasonidos que facilitan la caída de los granos de polen de las

anteras y, así, también se facilitan la labor de recolección. Cuando pude

levantar la cabeza le pregunté a José Miguel qué árbol era ese y me dijo que

era un madroño. A ese madroño volvimos una y otra vez a lo largo de un mes,

sabiendo que íbamos a encontrar abejorros buscando alimento en sus flores.

Pero lo que no sabía en aquellos momentos era el porqué de la preferencia de

los abejorros por las flores madroño. De hecho, durante 10 minutos,

comparamos el número de abejorros que se alimentaban de las flores de

madroño respecto al níspero y observamos que la diferencia era abismal: 70

visitas al madroño y 24 al níspero, a pesar de que el néctar en la flor de

níspero es mucho más abundante que en la flor de madroño (aproximadamente,

100 microlitros de media por flor de níspero y 10 microlitros de media en la

flor del madroño).

Además de las observaciones anteriores, analizamos los compuestos químicos

presentes en el aroma de las flores de ambas especies y vimos que son

distintos. En el aroma de la flor del níspero destacamos el olor tipo

anisaldehido, compuesto que le da el olor característico, mientras que en la

flor de madroño abundaban los compuestos de tipo cetónico, igualmente

característicos pues son los responsables del aroma muy suave, en

comparación con la sensación de fuerza que tiene el aroma de la flor de

níspero. quería que hiciera un modelo de fotografía a luz UV de estas

flores. El resultado de dichas fotografías se muestra a continuación.

Flores de madroño fotografiadas con luz natural en la parte superior y con

luz UV en la inferior. Parece que los filamentos de las anteras cuando están

humedecidos con el néctar, que tiene unos compuestos fenólicos capaces de

dar brillo cuando se iluminan con luz UV, deben de captar la atención visual

de los abejorros. De igual forma, cuando la flor está ya marchita, presentan

un color rojo ladrillo debido a la oxidación de estos compuestos fenólicos,

volviendo opacos los pétalos y, por tanto, indicando a los abejorros que

estén cerca que ya no hay néctar asequible en esa flor. Este mecanismo se

conoce como “honestidad” del reclamo.

Juan Ángel Brage

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