ABC de verano
18-8-2007
18-8-2007
LA MANCADA DE LAS ANÁTIDAS
Desde hace unos días, se ven plumas de vuelo a la deriva sobre el agua de las lagunas.
Son plumas de todos los colores: azul, gris, blanco, verde, rojo; y son plumas remeras: rémiges primarias y secundarias: el ave que las haya tirado, en tres semanas, no podrá despegar del suelo. Según Miguel Ángel Bielsa, ornitólogo de la SEO Bird-Life, a este proceso que se inicia con los primeros calores y por el que los patos, los gansos y los cisnes que forman la familia Anatidae, tiran, a la vez, todas las plumas de vuelo, se llama mancada; y así, el azulón, al no poder volar, se reúne en grandes bandos de muda en Daimiel, en Doñana, en Gallocanta y, a escondidas, los patos mancos abandonan a su suerte las plumas entre espadañas y aeneas. El macho, que fue tan vistoso con su plumaje nupcial y con su espejuelo azul lleno de reflerjos púrpuras, se parece estos días tanto a la hembra, parda y anodina, que hay que tener mucha experiencia para distinguir a una hembra de un macho en eclipse. Con la mancada de las anátidas, esas mismas plumas que alcanzaron el cielo y las nubes, caerán hoy de golpe al suelo. Como una alegría que aterrizó a la fuerza, ya sólo podrán volar tocando el agua, o la escritura.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, martes 6-6-2000
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