f. Trampa para lobos formada por dos paredes de piedra…
pinsapo.
m. Abies pinsapo. Abeto de la familia Pinaceae que se caracteriza por su altura, en ocasiones de más de 30 metros, y su hermoso porte piramidal. Todo en el pinsapo está lleno de imponente belleza, desde la manera en la que sus acículas se insieren en hélice sobre las ramas, a las hileras de estomas blancos que las clarean, así como las piñas, siempre sentadas sobre las ramas. Se trata de una de esas especies que han nacido aisladas, de las soledades como las de la serranía de Ronda, Estepona y Grazalema, generalmente sobre terrenos calizos, donde puede vivir durante 500 años.
Ayer soplaba en la sierra gaditana de Grazalema un viento fuerte del norte que envolvía a los abetos de pinsapo, mientras sus piñones germinaban. La piña del pinsapo –Abies pinsapo– está sentada sobre una rama y, al contrario de las piñas de los pinos que se caen enteras al suelo y las vemos con todas sus escamas, o peladas por la ardilla, las piñas del pinsapo dejan caer sus piñones con las escamas durante el otoño, y en la rama se queda sólo el raquis, orgulloso, el corazón erguido de la piña del pinsapo. Los pinsapares viven fieles a su tierra arenosa y suelta y es difícil que salten sus barreras orográficas, pero, a veces, gracias a la resina de las escamas, se pega un piñón al ala, al pico a alguna pata de un pájaro, y se escapa lejos la esperanza de pinsapo que germina hoy, arraiga mañana, crece el brinzal…y se seca en verano. Sin embargo, cerca del cortijo de Monte Higuerón, a varios kilómetros del pinsapar de Grazalema, vive un pinsapo de veinticinco años que nació por migración ornítica y del que ha informado Diodoro Soto García, doctor ingeniero forestal. Espero que me envíe don Diodoro unos piñones de pinsapo por ver si germinan en mi tierra después de volar por correo, como hacen los piñones que vuelan en las alas de los pájaros.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 14-3-1998
Aceytuno.com