Ayer estuve un rato charlando con Antonio y me dijo que las patatas, por la lluvia, tenían mucho

Ayer estuve un rato charlando con Antonio y me dijo que las patatas, por la lluvia, tenían mucho vicio y que ahora querían sol.

Se refería, imagino, a que habían echado más hojas que flores, y con ellas demasiadas larvas anaranjadas del escarabajo de la patata, las cuales, mientras hablábamos, devoraban las hojas.

Aún así, tiene razón Joaquín con los mirasoles de la fotografía: como el agua del cielo, no hay nada.

Gracias por participar en esta web de Naturaleza,

Mónica Fernández-Aceytuno

A las 7:41 del 15-6-2010

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Y en republica.es, mi artículo de hoy: “HACE FRÍO EN SUDÁFRICA”…Lo que más sorprende de Sudáfrica, es el frío…LEER MÁS

Y en ABC, el petirrojo de Emily Dickinson.

Joaquín, desde Sevilla:

Seguramente te habré contado alguna vez el comentario que hace ya muchos años me hizo un viejo agricultor que trabajaba conmigo. El campo estaba sediento y el hombre del tiempo había pronosticado lluvias ligeras para el día siguiente. “Alonso, parece que va a llover mañana pero tan poquito que no va a servir para nada, quizás sólo para quitar el polvo de los caminos”, le dije. Y me contestó rapidísimo: “Ya verá Vd. como sí sirve. El agua del cielo es agua bendita”.

Las pipas,los mirasoles, como les dicen por aquí, estaban mustios y tristes. Habían sufrido unos días de altas temperaturas y fuertes vientos de levante. El miércoles pasado cambió el tiempo y les cayeron treintaytantos litros de agua. Dos días después, el viernes, hice la fotografía que ilustra estas notas. Las inflorescencias, los panales en expresión más campera, mirando hacia Jerusalén, como nuestros templos, estaban así de lozanos. Dos abejas se afanaban en recolectar el polen, colaborando, en perfecta simbiosis, a su polinización, anticipo de una buena cosecha. Alonso tenía razón. Fue agua bendita.

Un abrazo. Joaquín

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