bedegar.

m. Agalla esférica, rojiza y filamentosa que forman los rosales silvestres como las zarzamoras por la respuesta de los tejidos al daño provocado por la avispa Diplolepis rosae al depositar sus huevos en el rosal para que procure la protección y el alimento de sus larvas.

Sabela ha sugerido y participado en la definición de este término

Bedegar en una zona ribereña del norte de León / Sabela

Con el silencio que tienen los ríos en otoño se aprecia cómo sobre las zarzas han salido unas esferas esponjadas del tamaño de una mandarina que parecen musgo verde, o granate, como las cabelleras de las mazorcas. Esa bola de hilos es el bedegar, una agalla que sale sobre los rosales silvestres como respuesta al daño causado por una diminuta avispa, de 5 mm, llamada Diplolepis rosae. Es entonces cuando el rosal hace, del problema, solución, o arte, fabricando ese delicadísimo tejido que protege los huevos que ha puesto la avispa. Los machos en esta especie son casi inexistentes, al ser en un 99 % hembras, por lo que los huevos se desarrollan sin fecundación, eso sí, envueltos en lo que podría ser una rosa deshojada, con el rumor del agua al fondo, el ladrido de algún corzo, y la bruma flotando al amanecer sobre el río. Puede que no haya agallas más femeninas que los bedegares.

Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 10-4-2014
Aceytuno.com