La luna en el agua como un caballito de mar.
MF-A
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Yo también he estado en Zamora, pero el fin de semana pasado, en un acto de la Cofradía de Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano. También eché de menos la pátina dorada de la Iglesia de Santiago del Burgo y de otros lugares, pero el tiempo la devolverá, esperemos.
Pero, irremediablemente la ambición urbanista ha hecho desaparecer los lugares queridos de mi infancia y adolescencia, que solo existen ya en mi recuerdo. ¿Será esta mi última visita a mi tierra?, no pude menos de acordarme del poeta zamorano Juan Nicasio Gallego y de su “A mi vuelta a Zamora”:
Cargado de mortal melancolía
De angustia el pecho y de memorias lleno.
Otra vez vuelvo a vuestro dulce seno.
Campos de la patria mía.
José Antonio