No puedo ni imaginar la cara que le ponen.
Poco a poco vamos conociendo a las arañas que trabajan sin descanso
Poco a poco vamos conociendo a las arañas que trabajan sin descanso a nuestro alrededor.
Gracias por participar en esta web de Naturaleza, y hoy en especial de nuevo a Juan Carlos Delgado Expósito por compartir con nosotros su sabiduría,
Mónica Fernández-Aceytuno
A las 14:03 del 21-7-2010
Juan Carlos Delgado Expósito, desde la Baja Extremadura:
De todos es ya sabido que entre las distintas especies de nuestra fauna, unas especies son vistas con mejores ojos que otras; el lince ibérico o el águila imperial son animales estimados, admirados, por poner solo unos ejemplos, aunque esta admiración les sirve de poco pues se encuentran en situación crítica; pero otras especies de nuestra fauna no son tenidas en tan buena estima, es el caso de las arañas, estas son odiadas, repudiadas y víctimas de la ignorancia, esa ignorancia de no saber que si las arañas desapareciera, la vida en este planeta no sería la misma, recuerden que los arácnidos se alimentan de otros insectos, por lo tanto se muestran como un verdadero y natural “insecticida” tanto en nuestros campos como en nuestras casas.
Las arañas han estado presentes a lo largo de la historia en la vida de los seres humanos, creando mitos, leyendas o historias más o menos acertadas. Ya en el Antiguo Egipto las arañas estaban representadas por la diosa Neith que era hiladora y tejedora de los destinos de los hombres. Pero también en la Grecia Antigua la mitología nos habla de las arañas, así Aracne que significa araña, era hija de un famoso tintorero, y se hizo famosa por su habilidad para el tejido y el bordado. Después de agrias disputas con la diosa Atenea, esta la trasformó en araña, pero conservándole el arte de tejer, en este caso las telas de araña.
En el folclore africano la araña está representada por el dios Anansi que es el dios embustero. Dentro de la mitología de los indios americanos nativos, se cuenta que siete hombres se transformaron en estrellas y subieron al paraíso trepando por una tela de araña, para crear la Osa Mayor.
Es realmente admirable contemplar a una araña, paciente en su tela, esperando a la presa que tarde o temprano caerá en esa fantástica seda, unas construidas entre plantas, en el suelo, en los huecos de una pared, en los huecos de un árbol, en el techo de una vivienda, en cualquier lugar. Siempre están ahí dispuestas a echarle una mano al ser humano, para controlar esos otros insectos que tantas molestias nos causan.
Observar a una araña en su tela, es aprender de la naturaleza, además contemplar a estos animalillos relaja de manera realmente asombrosa.
Juan Carlos Delgado Expósito
Muy buen tema. En lo personal, me considero aracnofobico… Aunque también se que los seres humanos, por naturaleza tememos a lo que realmente no conocemos. Temas como este me fascinan, y habren mi mente, con relación a una especie, que aun no comprendo porque causan en mi tanto temor, aunque me encante verlas en sus telas atrapando insectos…