A propósito del "buen-pan-hay" de la codorniz, Demetrio me facilitó una información gracias a la cual escribí mi artículo de hoy en ABC.
MF-A
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Buenas de nuevo. Bienvenid@ a esta web de la Naturaleza.
Es impresionante la foto de este hongo yesquero, hace unos días, en el tocón de un chopo junto al río Tormes, y del que nos escribe, maravillosamente, Pilar López.
Gracias a todos por participar a través del ACCESO DE USUARIOS,
Mónica Fernández-Aceytuno
a las 8:34 del 1-11-2010
absolutamente despistada
entre el festivo y el cambio
de horario.
Y en ABC…Cuando al fin tuve despacho…LEER MÁS
Querida Mónica:
Decía mi tía abuela, que se llamaba Petra y que vivió hasta los noventa y nueve años, que en lloviendo, llega el invierno, y eso es lo que parece, que hubiera llegado ya el invierno con el vendaval de viento frío, con la lluvia que ha caído y ha empapado, por fin, los campos.
El día 1 se celebra en muchos pueblos la “chaquetía”, que consiste en irse con los amigos o la familia a asar las castañas al campo. Aquí, en Cáceres, siempre hemos llamado el “día de las castañas” al día de Todos los Santos.
Además de castañas, también se recogen estos días otros frutos del otoño, como las nueces, las almendras, los membrillos y las granadas. Y las bellotas. Algunas personas dicen que asadas son exquisitas.
Personalmente, me gustan las tradiciones de estos días, después de Todos los Santos se celebra el Día de los Difuntos, y se recuerda a todas aquellas personas que ya no están con nosotros, a nuestros seres queridos. Yo me acuerdo mucho de tía Petra y de todas las cosas que me contaba, a pesar de la edad que tenía su cabeza permanecía lúcida y conservaba recuerdos de su vida que para mí eran un tesoro.
Ahora que se van implantando poco a poco otras tradiciones que vienen de fuera, y que resultan tan atractivas, sobre todo para los más jóvenes, me quedo con el recogimiento y la sobriedad de estos días de principios de noviembre.
Hace ya algunos días que realicé la fotografía que ilustra esta crónica. Parece la cara de un monstruo emergiendo del tocón del árbol cortado. Sin embargo, se trata de un hongo yesquero, especie saprofita de troncos muertos y, según la guía consultada, su carne desecada se destinaba a la preparación de la yesca, utilizada, entre otras cosas, para la confección de mechas de encendedor.
Una vez más, la naturaleza nos muestra sus múltiples formas de inventar la vida.
La vida que surge, en muchas ocasiones, de la materia muerta.
Un cordial saludo.
Pilar López.