Este machito de corzo se deja caer de vez en cuando por el comedero. Se queda mirando esa cosa rara que se mueve, eso sí, a una distancia prudencial.
El paisaje que veo todas las mañanas desde el coche es blanco y verde, blanco el pastizal y verde el encinar.
Dehesa helada entre Cáceres y el Cruce de las Herrerías.
Querida Mónica:
Parece que han pasado las nieblas y han llegado las heladas.
El paisaje que veo todas las mañanas desde el coche es blanco y verde, blanco el pastizal y verde el encinar.
Pasan las grullas en fila sobre la carretera, o se posan para buscar el alimento en el suelo helado. Bandadas de avefrías vuelan de acá para allá y cambian de rumbo como si se las llevara de repente el viento hacia otro lado.
Hoy me pareció ver una cigüeña echada sobre el nido, no sé si es demasiado pronto para que esté ya incubando o es que este año todo viene adelantado.
Milanos, cernícalos y buitres me acompañan también, sobre todo en el viaje de vuelta, pasado el mediodía.
Este es el paisaje que veo todas las mañanas. Hoy desde el coche (conducía un compañero) hice unas fotos de la helada para que vean lo bello que está el campo y lo más bello que se va a poner cuando llegue el buen tiempo y se cubra el suelo de viboreras de color violeta.
Lo estoy deseando.
P.D.: Cómo me están gustando las fotos del Camino de Santiago, algún día he de hacerlo yo también, lo tengo en mi larga lista de cosas pendientes.
Un cordial saludo.
Pilar López.