Sus alas abiertas son como un campo florecido. Cerradas son tan oscuras como el lugar donde duermen.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Al apretar esta suerte de uvas con los dedos, lo que sale es una diminuta y perfecta sepia, con un poco de agua marina. La sorpresa, no es menor que si una noche, al hacer la cena, rompemos un huevo y resulta que lo que sale es un pollo, piando, pues la sepia está viva, allí, en su cáscara negra…LA VIDA TRANQUILA…LEER MÁS
Mónica Fernández-Aceytuno