Una amantísima Pata con sus hijos; paseando esta hermosa mañana en el lago artificial de Casablanca en Zaragoza.
María Luisa
María Luisa
Los humedales están que hierven, a la vida habitual de estos lugares se suman las nuevas generaciones de aves que comienzan a nacer.
Esta mañana he estado en la laguna de Pétrola (Albacete). Aunque ya se veían semanas atrás pollitos de distintas especies, el “baby boom” ha tenido lugar en los últimos días. Pollitos de muchas especies correteaban por todas partes: avocetas, cigüeñuelas, chorlitejos patinegros. Otros ya más desarrollados inician sus primeros vuelos: gaviotas reidoras, tarros blancos, etc.
En las fotos podéis ver a los 3 pollitos recién nacidos de un nido de cigüeñuelas. Tendrán muy pocos días, son recién llegados a este mundo. Aunque son muy pequeños, y parecen débiles, tienen medios para enfrentarse a los peligros a los que tienen que enfrentarse desde recién nacidos. Las gaviotas patiamarillas no andaban lejos, atentas a cualquier descuido para llevarse a una de las péquelas cigüeñuelas y alimentar con ellas a su propia descendencia. El macho de aguilucho lagunero sobrevolaba la zona, también buscando alimento en este caso para llevárselo a la hembra que se encontraba incubando en el nido.
Ante cualquier peligro las pequeñas cigüeñuelas se agachan contra el suelo, su plumaje críptico las camufla perfectamente, normalmente suelen pasar desapercibidas. Y si algún depredador las detecta, los padres defenderán con muchísimo celo a la prole, no dudaran en enfrentarse a aves mucho más grandes y poderosas con tal de salvar a sus pollitos. Normalmente lo consiguen, aunque a veces las gaviotas, los aguiluchos consiguen lo que pretenden, que no es otra cosa que sobrevivir, o sacar adelante su descendencia.
Seguramente no todos estos pollitos consigan llegar a adultos, es lo más probable. Pero la naturaleza es así, no es injusta, ni cruel, eso solo nos lo parece a nosotros.
Muy cerca de donde estaban los pollitos de cigüeñuela una gaviota patiamarilla cazó un pollito de focha común. Aunque el pollito se defendió bravamente y sus padres lo defendieron incansablemente, la gaviota no desfalleció, fue tenaz, y podríamos decir que astuta, no en vano la vida de su descendencia dependía de ese pollito.
Rafa Torralba
Rafa Torralba