Todos los años hemos tenido jabalíes en los maíces pero nunca como este año en el que posiblemente haya más de un jabalí por hectárea.

Joaquín

Querida Mónica:

Todos los años hemos tenido jabalíes en los maíces pero nunca como este año en el que posiblemente haya más de un jabalí por hectárea. Se trata de un regadío a unos 30 km del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. Los cochinos aparecen, río abajo, cuando ya hace calor y los cultivos se han desarrollado lo suficiente como para poderse ocultar. Lo verdaderamente curioso es que en una primera acción derriban las plantas de maíz, todavía con los granos lechosos, para, unos días después, cuando los granos pierden humedad y se endurecen, deshojar las cubiertas de las mazorcas y comerse los granos. Dejan los olotes perfectamente limpios, como si hubieran pasado por la mejor desgranadora. Te adjunto un par de fotos. En la primera se aprecian las matas derribadas, ya secas, y los olotes desgranados de punta a punta. En la segunda una huella de jabalí que, por su tamaño, debe pertenecer a un aninal de más de ocho arrobas.

Es sorprendente la capacidad de deducción que tienen los cochinos. Hace ya bastantes años, al terminar la jornada, dejamos en la dehesa, para seguir el día siguiente, una antigua sembradora de girasol cuyo disco distribuidor se movía accionado por una rueda que a su vez giraba cuando la máquina avanzaba. En la dehesa había una piarita de cochinos ibéricos que en cuanto vieron la sembradora se acercaron a averiguar qué era aquel trasto tan extraño. En seguida uno de ellos se dió cuenta de que dándole a la rueda salían semillas del depósito (biombo, en andaluz rural). Menos mal que los vimos y vaciamos a tiempo los biombos pues las pipas habían sido tratadas con pesticidas para protegerlas de los insectos del suelo.

Un abrazo. Joaquín