Suena como a minipimer la máquina que está triturando el maíz en el campo de aquí al lado, siendo sábado.

Mónica Fernández-Aceytuno

Suena como a minipimer la máquina que está triturando el maíz en el campo de aquí al lado, siendo sábado.

Es un ruido que entra incluso por las ventanas cerradas, mientras la trituradora va dejando un rastro en el que se mezclan los tallos, las hojas y las mazorcas con sus cabelleras rojas de estilos.

Cuánto más bonito era cuando, en silencio, o hablando como pájaros en el maizal, iban recolectando una a una las mazorcas en un carro tan rojo como los estilos.

Gracias por participar en este lugar de la Naturaleza,

Mónica Fernández-Aceytuno

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Hasta hace poco, se quitaban las hojas en las puertas de las casas y la mazorca se echaba en un montón que era dorado, rojo si era maíz reina. Y esas hojas, al secarse, se volvían crujientes y amarillentas y repetían el sonido del maizal, pero más ronco, como la voz cuando envejece, y con ellas se hacían colchones también ruidosos y murmuradores…

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NOTA: Según Font Quer, los filamentos estilares de la mazorca “examinados con lente de aumento, aparecen como comprimidos, de manera que más parecen cintillas que hilos”. Y así son.

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