La última vez que estuve en el Instituto de Investigaciones Agrarias de Bersheva, en pleno desierto del Negev, me contaron que estaban intentando domesticar la chumbera para convertirla en un frutal convencional.
Joaquín
Joaquín
9:21h
Antonio Padilla Fuentes, pescaba con caña los atunes hace muchos años, junto a las costas de Marruecos y como cebo,ponía en el anzuelo una caballa. Salía de Roquetas de Mar, en Almería, muy temprano, a eso de las seis, y a las ocho ya estaban echando al mar la carnaza, él y otros tres más que iban en el mismo buque. Se veía de lejos la costa. Y después las gaviotas los veían a ellos en los barcos, y se acercaban.
Los atunes, unas veces entraban, y otras no. Estaban siete u ocho horas en la mar. Se podían pasar cuatro horas luchando, tirando y soltando lienza. En su mejor día, pescaron entre los cuatro diecisiete atunes, y el más grande que ha pescado Antonio Padilla, pesaba quinientos kilos.
Según Antonio, hay un atún que vive en el Mediterráneo, y luego está el atún rojo que viene de fuera y se mete en el Mediterránedo a desovar,”y lo mismo que viene, suelta la cría y se va”.
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