Estábamos el sábado a punto de bañarnos en un mar totalmente en calma, cuando apareció este delfín con nombre propio.
La besana
Me ha sorprendido un párrafo de “Días bajo el cielo”, una serie de reflexiones escritas durante sus vacaciones en un pueblo del interior por José Ignacio Foronda. Dice así “Papá -me ha preguntado mi hijo en medio del olivar-, ¿Por qué estos árboles están sentados?” Me ha sorprendido la pregunta y también me ha encantado. Los niños, muy a menudo, se dan cuenta de cosas que a los mayores nos pasan desapercibidas. ¡Cuántas veces, buscando su sombra en el verano, me habré yo sentado en la peana de un olivo centenario, como el de la imágen, que a su vez estaba sentado/asentado en una ladera orientada al norte…!
Como te gustan los detalles, te diré que los olivos de esta besana fueron plantados por un oficial de marina, a principios del siglo XIX, tras pasar a la situación de reserva tras el desastre naval de Trafalgar. La batalla prestó su topónimo a la besana.
Un abrazo. Joaquín