Se dice del trigo que no tiene aristas. Se dice…
espartera.
f. Atocha (Stipa tenacissima). Gramínea propia de zonas estaparias muy abundante en el sureste español por haber sido cultivada para su comercio por los cartagineses y los fenicios por su utilidad para la cordelería naval y para confeccionar esteras, calzado, trajes, sacos, etc., por la resistencia de sus hojas de aspecto filiforme de más de medio metro de longitud.
Me pasa Ignacio García de Leániz un término que ha leído en “Misericordia” de Benito Pérez Galdós y que es el de atocha para la planta de la espartera (Stipa tenacissima) cuya hoja se llama esparto. Atochal, o atochar, es el campo plantado de esparteras en la ladera soleada de los montes, y también en los caminos como el que llevaba al santuario de la Virgen de Atocha, oscurecida por un rayo que incendió un atochar según una de esas leyendas que se tejen como las conversaciones de las pleiteras, las mujeres que trenzaban la pleita, la tira de esparto. Hoy la tierra es más fértil bajo la atocha, al evitar la erosión del suelo, y estos días florece con unas espigas llamadas atochines que servían para barrer las chimeneas, igual que las retamas de escobas que, ya sin uso, florecen hoy de amarillo como mariposas limoneras, u oropéndolas escapadas de la jaula que son nuestras manos.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, Sábado 23 de mayo de 2015
Aceytuno.com
“Porque ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención…?”
Miguel de Cervantes
Del prógolo de “El ingenioso hidaldo Don Quijote de La Mancha”