Otra seta que ignoro, esta ha crecido en la base creo que es un roble, está seco y no tiene hojas. Jardín del Príncipe.
Jacinto Lopez Carneros
Jacinto Lopez Carneros
Acabo de descubrir en las calles de mi ciudad, nunca termina uno de conocerla, por eso tiene un ambiente oriental que no lo tienen otras ciudades españolas, un cacto auténtico, no las Euphorbia candelabrum que describí en “El candelabro que no alumbra”, que tienen todo el aspecto de un cacto pero no lo son.
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Estos sí que son cactos, la especie pertenece a la familia de las Cactáceas, está descrito muy bien en numerosos lugares, y responde al nombre no demasiado elegante de “Cojín de la suegra” en latin se describe como Echinocactus grossinii, y dicen los entendidos que procede de México, y más en concreto de la zona entre S. Luís Potosí e Hidalgo, en esa zona, que está situada en el centro del país de México, se describe esta planta como rara, o en peligro de extinción.
Aquí, en cambio, nos permitimos el lujo de plantar unas docenas en un parte vías en una salida de la ciudad.
Siguen diciendo los entendidos que este cacto es muy utilizado en jardinería, por su fácil manejo en cultivo, no será porque se deje coger, ya que las púas que tiene le dan un aspecto feroz. Dicen que tiene 35 costillas que se van acentuando conforme el ejemplar va madurando, por lo que parece que los ejemplares que nos han sembrado a nosotros son ejemplares jóvenes. Es en la madurez cuando adquieren un aspecto más acentuado de barril, ya que así es como se conocen a este tipo de cactos, cactos de barril. El crecimiento es relativamente lento, ya que pueden llegar a vivir cien años, y, lo que es más notable, pueden empezar a florecer a partir de los veinte años, pero como dijo el tango, que veinte años no es nada, que febril la mirada….
En fin, es una planta exótica, muy en armonía con el clima de nuestra región, de aridez, y que pone una nota más de interés por los jardines y parterres de la ciudad.
José Manuel Guerra Sanz
José Manuel