De nada le ha servido a la M-40 su murmullo de catarata continua, ni a los niños gritar en el recreo, ni a las nubes tronar sobre el campo, porque el primer bramido fue tan fuerte que se abrió paso entre todos los sonidos.

Así de inocente y florecido estaba, bajo el sol saliendo entre el humo, un fresal silvestre esta mañana en las Fragas del Eume.
Así de inocente y florecido estaba, bajo el sol saliendo entre el humo, un fresal silvestre esta mañana en las Fragas del Eume.
AUTORA: Mónica Fernández-Aceytuno
www.aceytuno.com