"Es ave de la mar, pero no posa en la mar", leo el "Diario de a bordo" de Colón, como señalaría después Darwin.
En estos tristes momentos en que está ardiendo un emblemático bosque gallego conviene pensar en lo que se podría hacer cuando se consiga apagar el fuego.
En estos tristes momentos en que está ardiendo un emblemático bosque gallego conviene pensar en lo que se podría hacer cuando se consiga apagar el fuego. Es necesario, como comentaba ayer Diego en tu web, programar un desarrollo diversificado, no sólo forestal, para posibilitar la explotación rentable y competitiva de las superficies arrasadas y, al mismo tiempo, crear puestos de trabajo estable. Se trata en muchos casos de empezar de cero, aprovechando la experiencia adquirida para no volver a caer en viejos errores.
Entre los posibles nuevos negocios se encuentran una serie de actividades que, sin olvidarnos de la explotación forestal, permitan una diversificación tanto empresarial como territorial, evitando la existencia de grandes superficies arboladas sin solución de continuidad. Estoy pensando en actividades de ocio (caza, mayor y menor, pesca, hípica, turismo rural, gastronomía, delicatessen, artesanía, senderismo), en la ganadería extensiva (caballos, vacas, ovejas, cerdos y en la comercialización e industrialización de sus productos), en la agricultura de montaña (arbustos y árboles frutales, plantas medicinales, setas, etc., y en la comercialización e industrialización de sus productos), en el aprovechamiento energético de la biomasa, en industrias relacionadas con la madera o el corcho, y muchas más que en estos momentos se me escapan.
La catástrofe provocada por el incendio puede constituir una ocasión de oro para propiciar el desarrollo de la comarca. No debemos precipitarnos repoblando forestalmente las zonas afectadas sin previamente hacer un análisis profundo de la situación actual y sin planificar los aprovechamientos futuros. Las dificultades siempre han generado oportunidades y no olvidemos a Darwin: las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes sino las que mejor se adaptan a los cambios.
Un abrazo. Joaquín
P.s.:Tenemos que trabajar duro para que las fragas puedan ser disfrutadas por las generaciones que nos sigan haciendo nuestras las palabras del Génesis: “Dios entregó la tierra al hombre para que la trabaje y la conserve”. Vale.- J.