Esa línea verde que traza por el patio con el…
Cervuno, azulón, isabelo…
Todas las palabras son pocas para guardar tanto colorido del que es capaz la luz.
El cervuno es un color referido al color del pelaje de los ciervos pero también se aplica el adjetivo cervuno a los caballos que son entre grises y castaño oscuro, zainos, sin mezcla.
Esto de lo colores de los animales, y en general de la Naturaleza, da para todo un lenguaje que me interesa muchísimo porque es tal la variedad de tonalidades que, insisto, todas las palabras me parecen pocas para nombrar tanto colorido del que es capaz la luz.
Yo he recolectado algunos como garzo para los ojos azules, bayo para los caballos blancos, pero también para las polillas con las que se pescaba en las ríos ensartándolas en los anzuelos, pía para las urracas y en general para los animales blancos y negros, aunque también para el caballo blanco y con otro color; isabelo para el color perlado, carbonero para el zorro de pelaje oscuro, negro como el carbón.
¿Qué otros colores de la Naturaleza sois capaces de nombrar?
Os dejo con mi artículo, “Pescar de bayo”, al que aún no le he dado solución, aunque lo escribiera hace diez años:
Como una mariposa engastada en el anzuelo de la curiosidad, no dejo de dar vueltas alrededor de la expresión «pescar de bayo». El adjetivo bayo, que quiere decir «de color blanco amarillento», se aplica a los caballos, pero tal y como leí por casualidad en el diccionario, también se llama bayo a la mariposa del gusano de seda que se pone de cebo en el anzuelo. Precisamente en el brillante volar de una mariposa blanca sobre el oscuro río, es en lo que parece que se inspira el movimiento y el brillo metálico de la cucharilla, un artificio con el que se pescan estos días los lucios en el Cabriel donde, según Vicente Mascarell, hace tanto frío que el sedal no corre al helarse el agua en las anillas de la caña. Lo único que he encontrado de esta pesca, lo escribió hace quinientos años el aragonés Fernando Basurto, y me ha parecido su descripción tan hermosa, las tablas hondas del río cubiertas en la noche de mariposas blancas que atrapaba en la orilla a la luz de una lumbre, que me gustaría saber si aún queda alguien que pesque de esta manera, y me libre de este anzuelo.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 10-1-2005
En ocasiones, el color de unas pocas plumas, da nombre a todo el animal, como en el caso del azulón para ánade real.
Y así tantos y tanto nombres para los colores.
¿Conocéis alguno?
Saludos,
Mónica
Dicen en Covaleda (Soria) “una vaca jabonera”, ¿por qué jabonera? -Pues no ves que es blanca…
Me costó entender la respuesta.
Bayo: un tipo de hongo comestible pero no muy apreciado en los pinares de Soria, badius, parece ser el nombre latino.
Jalde, bayas de los pyracantha que no son rojas, sino amarillas, o a veces anaranjadas. En cualquier caso parece un tono especial de amarillo. Por estas tierra frías y pobres los frutos son muy pequeños y los colores intensos.
Muchas gracias Yzur. Saludos.