Yo no puedo ver un roble sin acordarme de Miguel…
Escritura al sol
Cuando esta tarde me quedé sin tinta en la pluma, pensé al principio en tirarla, como suelo hacer, ya que son desechables, unas plumas Pilot Vpen de tinta azul que me encantan y que compro de tres en tres en una papelería del barrio que hace esquina, casi siempre cuando voy de camino a la Biblioteca Nacional, fijándome a ver si han florecido o no los prunos de la calle Villalar.
Pero he cambiado de opinión, al darme cuenta de la cantidad de plumas que he comprado en los últimos años, por lo que he tomado la decisión de guardarlas para hacerme una idea, no sólo ya de cuánto llevo escrito, sino también para apreciar que, tras cada letra, en la pluma agotada de tinta, hay un vacío.
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica
“…sino también para apreciar que, tras cada letra, en la pluma agotada de tinta, hay un vacío.”
Vacío físico de tinta que has utilizado para llenar el pensamiento y el alma de tanta gente que seguramente no conoces y que esperamos esa palabra tuya tan cierta.
Sigue, por favor, gastando más y más pilots.
Gracias.
Gracias a ti, Jose, por leer lo que escribo.