El primero en describirla fue el capitán J. Andrews: "Con aspecto de colinas musgosas", dijo, sobre las que se tumbó como en un sofá en 1825.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Al estar la luz en todas partes, todo puede ser de pronto algo muy valioso aunque no esté en el más hermoso de los paisajes; es suficiente con que uno de los dedos del sol señale un instante un mirlo en un abeto, o una fuente del parque.
Naturaleza en ABC
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La vida se enreda con poca mate-
ria. Una luz. Un olor. El canto del
mirlo en el aire lavado con lluvia
que, si llegas a tener, y se va, te falta
tanto, que el resto de la vida es un
plantar madreselvas para que vuelvan
los mirlos.
Y allí donde hay alguien que pone a
crecer una hiedra, un seto de arizóni-
cas, o una madreselva, aunque no pien-
se en los mirlos, aunque ni siquiera se-
pa cómo es su canto, con el solo moti-
vo, tal vez, de no ver, ni ser visto por
sus vecinos; se encuentra, al cabo de
<br>unos años, observado con la mirada os-
cura de los mirlos, cuyos ojos tienen al-
rededor un anillo. Naranja. De un na-
ranja tan iluminado como el del pico y
que destaca en un pájaro que, cuando
cruza de la hiedra a la madreselva, pa-
rece un chispazo de plumas negras…Leer más de mi artículo EL MIRLO BLANCO
Mi afectuoso saludo,
Mónica Fernández-Aceytuno
#DiccionariodelaNaturaleza
FOTO: Mirlo macho (Turdus merula) el 23-1-2012
AUTORA: MF-A
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MF-A