ABC de verano, año 2004
Tajinaste
Buenos días desde Galicia mientras está queriendo salir el sol entre la niebla y mis hortensias azules que no caben en la ventana de cómo están por tanta agua que tiene el aire.
Luego os pondré una foto porque ahora quería hablaros de cuánto me impresionó ver el tajinaste florecido hace unos días en el Teide porque lo había en cientos de imágenes pero nada comparable a estar allí para observar ese hecho extraordinario de algo tan profusamente florecido en medio de la aparenta nada del paisaje.
¡Tan dificultad dio esto! Se diría que es una oportunidad que la propia planta, el tajinaste, siente como única y se adorna no con una flor, sino con miles, y no con un color, sino con varias tonalidades dentro del rojo, y a las hojas las destierra a la base del tallo, no sólo ya para que no estorben, sino para que no oculten la belleza y la dulzura en el agreste paisaje en el que, como si se hubieran lanzado desde otro lugar, han venido a ocupar el espacio, y lo que es más asombroso: sólo aquí y nada más que aquí.
Hijas de lo imposible me parecieron, al verlas, las flores del tajinaste.
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica