La casa, la empiezo por las flores. Las flores son los sueños de las raíces. No tenía ni ventanas cuando reservé cuatro azaleas arborescentes.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Buenas tardes desde Galicia.
Esta imagen es de hace una hora, cuando en el puerto observé una gaviota comiendo una estrella sobre la madera del pantalán.
Me encanta comprobar que las cosas que escribí hace años siguen vigentes como si el tiempo no pasara por las letras.
Así que, para los que aún no lo hayáis leído, os dejo los brazos de estrella que vi esta mañana mientras entraba por el puerto la niebla.
Feliz Día Mundial de los Océanos.
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica
BRAZOS DE ESTRELLA
Del pico de la gaviota, caen al mar los brazos de estrella. Por más que quiera la gaviota llevarse la presa de una pieza, siempre hay algún brazo que se desprende en vuelo.
También los marineros lanzan al mar estos brazos desde que las estrellas han hecho de las nasas su terrritorio de caza. Al subirla al barco, se encuentra el marinero que está llena la nasa de estrellas rojas, amarillas, violetas, más que una trampa, parece la nasa el regalo de una mujer enamorada. No queda una nécora. La estrella las abre en dos haciendo palanca con los brazos, y el hombre, enfurecido, rompe todas las estrellas, y tira sus brazos al agua. A partir de cada pedazo, se regenera por completo este animal prehistórico, y se produce lo que se llama “estrella cometa”, pues tiene un brazo más largo, que es el original, y cuatro más cortos. Según Luis José Míguez, experto en equinodermos, despedazar estrellas no sirve más que para multiplicarlas, y de ésto ya se están enterando los mariscadores y los marineros que, últimamente, en vez de trocear las estrellas, las traen a puerto y las dejan en el muelle, bajo el sol, para que mueran.
Pero, a veces, pasa por allí una gaviota, se lleva una estrella en el pico y, sobre el mar, cae un brazo. Y nace otra estrella cometa.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 19-5-2003
Aceytuno.com
Además, saqué con mi teléfono este video en la ría de las bateas de mejillón, algunas tan abandonadas que entre los maderas había crecido la hierba. Me parece curiosísimo cómo la tierra vuela por el aire con las semillas, que también llevan las aves como las gaviotas, para germinar a bordo de unas maderas que flotan como en la balsa de un náufrago.
La verdad es que la vida, la Naturaleza, tiene algo de náufraga.
¿No os parece?
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica
NÁUFRAGOS
Desde el mar la tierra parece siempre una isla llena de náufragos.
A la lucha por la supervivencia, hay que unirle ahora la falta de espacio habitable y sobre el mar vuelan los hilos de la virgen, arañas colgadas de su hilo, para colonizar otros lugares. Y así se ve la tierra desde el agua: como si no cupiera ya un alfiler entre las casas, los cultivos, la gente, que de lejos no es más que el color de un jersey, y unas sillas blancas de esas que hay por todas partes porque las venden en los hipermercados, junto a un árbol que parece un frutal, del que se sientan alejados el señor del jersey verde claro y tres personas más, tal vez mujeres, para que no les caigan encima las manzanas en sazón. Su terreno sobre el mar tiene tanta pendiente que se diría que rodarán en cualquier momento sobre el acantilado, por las cárcavas que hace también aquí la lluvia, agua dulce que se derrama sobre el mar cuando no cabe en la tierra. Y a esa pared casi vertical, va a dar el último sol del día, que alumbra y deslumbra a dos pequeños buques pintados de rojo, con mucha manga y poca regala para echar por la borda las nasas, dejando como señal unas boyas pequeñas como balones de balonmano donde vienen a posarse las gaviotas conquistando un nuevo lugar en ese océano donde, a la deriva, flotamos.
Hay tan poco espacio ya para la vida que cuando talan los eucaliptos, se llevan por delante al roble que se había salvado cientos de años porque estaba en el camino.
Hasta en la tierra de nadie, empieza a no haber sitio. Y la vida está hecha de náufragos que encontraron donde agarrarse.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 30-10-2009
Que maravilla! No tenía ni idea de que las estrellas se comieran las nécoras, siempre las vi inofensivas.
Mil gracias por tu comentario Fernando. Saludos cordiales.
Estrellas fugaces en el mar… Es precioso. Enhorabuena!
Muchas gracias Miguel. Saludos cordiales.