Fue plantado en 1929 cuando con motivo de la Exposición Iberoamericana, se construyó en Sevilla uno de los mejores hoteles de España.
Joaquín
Joaquín
Y escribe el lector:
“Estuve en Galicia el primer fin de semana de mayo. Estaba preciosa. Visité la casa que mi abuelo edificó hace más de cien años y donde pasé los días más felices de mi niñez.
Me vino a la memoria el verso de Gabriel Ferrater (Erem/ el record que tenim ara) y me entró la morriña, esa especie de alegría en la tristeza o de tristeza en la alegría. No sé.
De las muchas fotos que hice he seleccionado la que reflejaba mejor mi estado de ánimo: los pétalos de camelia del árbol que planté hace 60 años caen sobre la bañera de piedra de mis abuelos reconvertida en maceta. Puro romanticismo decadente.”
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