Aquí estoy, con mi perra en la huerta, intentando un…
El agua brilla como un sol
Brilla como un sol el agua sobre la mesa. Se oyen las gotas que caen al suelo centelleando en línea recta. Oblicuos asoman los rayos entre las nubes. La lluvia, ahora que ha pasado, ha dejado antes de irse todos los amentos del castaño por el suelo. Huelen como si humearan. No creo que haya otra flor que de al aire un olor más elegante que las del castaño. Sobre las ramas, como si reclamaran la autoría de ser las primeras flores del mundo, igual que manos abiertas, o copas para recolectar la lluvia, las flores grandes y blancas de los magnolios, cuyo olor, si ponemos en un jarrón, nos echará de la casa. Conservan la vocación de ser las primeras flores del mundo. Grandes, olorosas, pentámeras y blancas. Entra ahora el sol en el dormitorio, trazando con sombras las cruces de mis ventanas, sobre una pared de un verde muy claro, casi blanca, que se adorna como un paisaje que se mira en un espejo con la luz de este día.
Buenos días
M.F-A.
Oza de los Ríos
Verano de 2017
#EnlaNaturaleza
Me llama la atención esa flor, la flor del magnolio. Su presencia es tan elocuente, su blanco tan puro, que nunca podría esperarse el olor que desprende; como si una decepción la disculpase por su excesiva belleza.
Muchas gracias por tu precioso comentario, Luis. Un fuerte abrazo.