Moler frutos. ***** Para amortiguar su caída, se le pone,…
tombo.
m. Último rodal de hayas más alto en la montaña. Los cantaderos de los urogallos suelen estar en un tombo.
El canto del urogallo recuerda en una de sus partes al sonido que hace una bola en la ruleta de juego justo antes de caer, indecisa, clo, clo, clo, entre los números rojos y negros. Después viene una seguidilla, que es cuando dicen que el urogallo ni ve ni oye, y esto lo aprovechan quienes lo saben para dar dos pasos, dos, avanzando al cantadero que suele estar en un tombo, que es como se llama al último rodal de hayas más alto en la montaña.
Mónica Fernández-Aceytuno
“El país de los pájaros que duermen en el aire”