La tarde del domingo se presenta primaveral: lluvia, sol, nubes y temperatura agradable. El viento sopla ligeramente del Suroeste. Son las cuatro treinta y se abren unos claros después del chaparrón de agua que ha caído.
La muerte debe ser algo así, que te pase la vida por encima, que caigan los amentos sobre las raíces.
Mónica Fernández-Aceytuno
Cuando esta mañana he ido a arrancar mi coche, me ha parecido, con sus veinte años de vida, más viejo que nunca.
Le habían caído tantos amentos del castaño que estaba todo el techo y el parabrisas y el capó cubierto hasta tal punto que me ha dado vergüenza circular de esa guisa. Mientras quitaba como si fuera lluvia tanta flor, pensé que la muerte debe ser algo parecido, un coche parado al que le cae la vida por encima.
Luego he visto que también las raíces del castaño, tan añoso que sobresalen ya de la tierra, estaban cubiertas por los amentos.
Lo dicho: algún día nos quedaremos quietos, mientras sigue la vida. Y es aquí donde yo quiero perderla para que me caigan los amentos florecidos del castaño por encima.
Con la alegría de haber vuelto a mi casa, buen sábado a todos,
Mónica
Mónica Fernández-Aceytuno