Hace unos días, me comentaba un amigo que en décimas de segundo, delante de ellos, y para disgusto de sus hijos, un cernícalo metió las patas a través de los barrotes de la jaula.
Pedro / Foto: Cristóbal García
Pedro / Foto: Cristóbal García
Estoy seguro de que te gustará el adjunto que te envío. Isabel, la autora del plato, es una señora que muy bien podríamos calificar de renacentista: empresaria agrícola, lectora empedernida, pinta, modela, restaura muebles antiguos, se ocupa personalmente de su precioso jardín (y de muchos más), cuida de sus nietos y, por si fuera poco, es una magnífica cocinera.
Hace años, cuando nos oponíamos a que la Universidad de Sevilla destrozara un parque público arrancando sus árboles para construir una biblioteca, Isabel dirigió una carta al ABC con el texto de Unamuno que ella había escrito en un plato que tiene colgado en su casa. La tenacidad de muchos sevillanos, llegando hasta el Tribunal Supremo, consiguió evitar que el vandalismo universitario, contrario a lo que la Universidad debe ser, arrasara el parque.
El texto de Unamuno venía al pelo pues se trataba de árboles y libros. Parece como si Unamuno fuera precursor de los ebooks. Por si no se lee bien en la foto te transcribo el pensamiento de don Miguel:
“Hubo árboles antes que hubiera libros. Y acaso, cuando acaben los libros, continúen los árboles. Y tal vez llegue la humanidad a un grado tal de cultura que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles. Y, entonces, abonará los árboles con libros.”
Un abrazo. Joaquín
Unamuno