Acaban de pasar los gansos sobrevolando la Cibeles y el Paseo del Prado.
MF-A
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Expongo esta foto porque me parece importantísima la relación entre el paisaje exterior y el que hay dentro del agua, aunque exista entre ellos esa frontera infranqueable, barrera real e imaginaria, entre dos mundos separados por la superficie.
Arriba, el monte atlántico con su canto de aves y abajo, el silencio y los bosques de anémonas, muy claras y con las puntas coloreadas con si llevaran las uñas pintadas de violeta, entre los erizos de un rojo vino, y unas algas de un azul fosforescente que tengo que enseñaros porque parecen, de tan verdad como son, de mentira. Ayer, además, quedaron con la bajamar al descubierto por la marea viva que causó la luna llena.
Buen día,
Mónica
Mónica Fernández-Aceytuno