Siempre había escuchado decir que en la ciudad no se veían las estrellas. No es cierto.

Mónica Fernández-Aceytuno

Siempre había escuchado decir que en la ciudad no se veían las estrellas. No es cierto.

Un mosquito me ha despertado tan temprano que aún era noche cerrada y al salir afuera, como solía hacer alrededor de mi casa, que se podría decir que es lo que más echo de menos, pasear de noche bajo las estrellas con los pies por la tierra, he divisado, con total claridad, hacia el Este, un planeta que podría ser Júpiter, y la constelación de Orión muy alta, con su cinturón perfectamente alineado de estrellas, las Tres Marías.

He intentado fotografiarlas pero me falta técnica para ello, como ya me sucediera en el campo, pero tienen aquí la misma quietud e inquietud porque es el mismo cielo, aunque yo no acierte igualmente con la cámara.

Es por eso que dejo hoy la foto, también un poco borrosa, de la constelación de las luces de Merille frente a mi casa, y que fue durante muchos años, bajo un cielo estrellado, todo el alumbrado que tuvimos.

Buen día,

Mónica

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