No me lo puedo creer: vuelvo a casa, donde me voy a encontrar todas las hojas caídas de los castaños y quizás algún arrendajo en las ramas.
¡Cuánto les echo de menos! Sobre todo en los días en los que cae una llovizna muy dulce y se dedican a buscar castañas para esconderlas en la tierra reblandecida por el agua.
Mi casa en la aldea…ya me parece que huelo su olor a lluvia, humo y madera.
Desde allí escribiré quizás mañana.
Buen fin de semana,
Mónica
FOTO DE ARCHIVO: Pollo de arrendajo (Garrulus glandarius), Noviembre 2010
AUTORA: Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno