Vale la pena dedicarle unas líneas a esta mole de piedra bautizada como “A Ferida”, “La Herida”, obra del escultor Bañuelos Fournier.

Joaquín

Vale la pena dedicarle unas líneas a esta mole de piedra bautizada como “A Ferida”, “La Herida”, obra del escultor Bañuelos Fournier.

Joaquín

Hace años festejaba en Muxía el final de uno de los Caminos de Santiago que más me gustan, el que desde Compostela sigue el caminar del sol y termina en la Costa de la Muerte. Allí, en la Pedra da Boia,fotografié a mis compañeros que resisten como pueden una fuerte ventolera delante del monumento que conmemora el final de la lucha contra la marea negra del Prestige. Te adjunto la imágen. Al fondo, el santuario de la Virgen de la Barca y la inmensidad del océano.

Vale la pena dedicarle unas líneas a esta mole de piedra bautizada como “A Ferida”, “La Herida”, obra del escultor Bañuelos Fournier. Se trata de un bloque de granito con un peso de más de 400 toneladas y 11 metros de altura. El monolito está hendido longitudinalmente tratando de simbolizar una herida sangrante, la herida provocada por el vertido del Prestige, que dio lugar a un movimiento de solidaridad que recorrió toda España. De la marea negra no queda más que el recuerdo y la herida podría darse por cerrada pero desgraciadamente la herida se ha reabierto con una nueva marea, esta vez roja, al incendiarse la pasada Nochebuena el santuario de la Virgen de la Barca.

Parece que los daños provocados por esta marea roja son muy cuantiosos, estando el santuario en peligro de derrumbe. A Ferida costó 120.000 euros sufragados por la compañía de seguros Aenon, que posteriormente cedió el monumento al Concello. Soy optimista y estoy seguro que ahora se pondrá en marcha un nuevo movimiento de solidaridad que permitirá reconstruir el santuario, cuyo origen se remonta al siglo XII.

Se trata de uno se los santuarios más carismáticos de Galicia. En él se celebra en el mes de septiembre la popularísima romería de la Barca de Muxía, una celebración no exenta de ritos paganos como la de subirse a la Pedra de Abalar o pasar por debajo de la Pedra dos Cadrís. La primera de ellas, una piedra cabaleira, que según los muxiáns, abala cando quere, es capaz de predecir el futuro. Se cuenta que en una ocasión en la que intentaron robar en el santuario la piedra se puso a abalar haciendo tanto ruido que los ladrones huyeron como almas en pena. Como ésta existen múltiples leyendas, muchas de ellas anteriores a la cristianización del lugar. Otra leyenda dice que estando el Apóstol Santiago muy apesadumbrado por los resultados de su evangelización en la zona, se le apareció la Virgen en una barca de piedra para consolarle. La Pedra de Abalar representaría la vela de la barca.

En cuanto a la Pedra dos Carrís (piedra de los riñones), se le atribuyen propiedades curativas para las dolencias de columna y los dolores reumáticos. Intenté pasar por debajo de ella, pero tuve que desistir al primer crujido de mi espalda. El rito exige que se pase nueve veces. Demasiado para mí. En relación con la leyenda anterior, esta piedra correspondería a la quilla y al timón de la barca.

El mejor monumento a levantar en Muxía para conmemorar esta marea roja sería la reconstrucción del santuario. Ojalá se consiga pronto.

Mis mejores deseos en el Nuevo Año para tí, tu familia y tus lectores.

Un abrazo. Joaquín.

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