Se avistan con tanta frecuencia que tienen muchos nombres.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Paseando el día de Reyes por la zona intermareal de la playa de Vistahermosa, de finísima arena, fotografié el montón de detritos de un gusano arenícola. Por el diámetro de los cilindros debía de tratarse de un ejemplar de gran tamaño. El gusano engulle arena, muy rica en zoo y fitoplacton, dejando el producto de su digestión bien a la vista. Muy utilizado como cebo para pescar y, por lo tanto, muy buscado, resulta chocante que marque una de las salidas de su casa con un cartel escatológico que facilite su localización.
Los pescadores deben de manejar con mucho cuidado a los gusanos para que éstos, al herirse o al morir, no suelten su líquido vital, muy rico en yodo, que constituye un poderoso atrayente para la pesca.
Busqué en la red alguna noticia sobre estos anélidos y me encontré con una interesantísima de la que no tenía ni idea. Estoy seguro de que te va a gustar. Pinchando en Franck Zal se abre para el lector un mundo nuevo. Se trata de un investigador, que estudiando organismos marinos capaces de respirar entre marea y marea, identificó transportadores de oxígeno extracelulares. En nuestro cuerpo el oxígeno se transporta por los glóbulos rojos de la sangre pero no es así en el caso de los gusanos arenícolas que son capaces de hacerlo sin necesitar célula alguna. A esta propiedad se une el hecho de que el arenícola no tiene grupo sanguíneo ni factor Rhesus. De entrada, Franck Zal piensa que puede ser un sustituto sanguíneo universal y se ha convertido en empresario para desarrollar lo que ha bautizado como “hemarina”. Parece ser que en ratones la cosa funciona muy bien.
Un abrazo. Joaquín
Joaquín