Las bellotas de la encina, como las de la fotografía, no acaban de llegar a su sazón, la montanera, que es la época en la que se engordan los cochinos de las bellotas, se ve peligrar.
J.C.Delgado Expósito
J.C.Delgado Expósito
Por eso le acabo de hacer esta fotografía, a través del cristal de la ventana, para que no se fuera volando. Aún así, si se amplia, se aprecian perfectamente los reflejos metálicos verdes y púrpuras de su plumaje negruzco.
El Estornino pinto -Sturnus vulgaris- es invernante en la Península Ibérica, y como ahora está fuera de su época reproductiva, presenta unas costumbres gregarias, y juntos duermen, últimamente en los parques de las ciudades, llegando a concentrarse un millón de estorninos.
Se desplazan por el día hasta ochenta kilómetros desde su dormidero, para comer en el campo, como este Estornino pinto que se ha ido en cuanto he abierto la ventana.
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