Así de tranquilo fue el atardecer ayer mientras llegaba al otro lado del océano, el huracán Irene.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Después empecé a preguntarme por qué se le llamaba de esa manera, teniendo la cabeza y el cuello verde oscuro, y las plumas pardas. Incluso en un cuadro de la casa de mi abuela, en el que se ve a unos azulones emprendiendo el vuelo, al mirarlo me preguntaba dónde estaba el azul de los azulones. Hasta que descubrí que bajo las alas tienen unas plumas azules, de un azul muy profundo, tan hermoso que no te crees que un pato pueda llegar a tener ese color en las plumas, y concluí que es por ese espejuelo, por ese azul que se y no se ve, por el que se llama azulón a este ánade, Anas platyrhynchos.
Eloísa Matheu nos trae hoy la voz de este ánade real que se oye pinchando en la barra verde que hay aquí arriba.
Mónica Fernández-Aceytuno
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La primera vez que yo leí la palabra “azulón” fue en un libro de Miguel Delibes. Me costó reconocer que se refería a un ánade, a un pato, en concreto al pato azulón, al ánade real.