A esa hierba que tumba el agua y el granizo y el viento de estos días,
MF-A
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Y escribe el lector:
“Hoy tengo yo la luz del otoño en la retina y me siento heraldo del castaño florecido en el retiro junto a la puerta de la cuesta de Moyano.
Lo había visto en Sevilla, el florecer de un naranjo junto a la giralda en pleno otoño pero no aquí donde ahora vivo.
Doy fe del prodigio de este otoño suave en al menos dos árboles.
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Pues yo me he dado cuenta esta mañana al circular por Alfonso XII. Un colega me dice que esto sucede cuando un árbol se encuentra débil o en peligro, florece fuera de estación para asegurar más semillas. Por cierto en la Ciudad Universitaria, Avenida Complutense, cuatro hermosos castaños de Indias se han secado en pocos días semanas atrás y no por falta de agua.
Muchas gracias Miguel por tu interesante comentario. Saludos cordiales.