9:29 Pero el sábado aún estaban las hojas de los árboles en las ramas. Hasta hoy hemos tenido un otoño hermosísimo. Y en la fotografía se aprecian los colores de otoño de un Ginkgo biloba, uno de mis árboles preferidos, pues tiene las hojas con forma de abanico, y un esqueleto muy extraño, de ramas muy delgadas para su porte, y un poco desordenadas según el ejemplar, como si no siguieran un patrón de ramificación, al igual que otros árboles.
Ahora, ya se ve, están los Ginkgos de un amarillo que alumbra el gris de los días.(Se aprecia la forma de sus hojas pinchando sobre la fotografía).
Pertenecen a una familia, las Ginkgoaceas, que es una de las más antiguas de la Tierra, de las que podemos ver con vida. Por eso dicen que este árbol, el Ginkgo, es un fósil viviente.
Cuando ni siquiera había hombres en el mundo, el otoño era ya hermosísimo.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. En el TABLÓN DE LOS LECTORES, una preciosa carta hoy desde Lerma (Burgos).
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Ahora mismo está el vendaval llevándose las hojas de los árboles. Le ha precedido el vuelo de los charranes hacia el interior, anunciando que se acercaba por el mar un temporal de viento y frío.