Los postes blancos que llevan un cabo marinero de uno a otro, a modo de cerca, los puse tras haberlos visto en la casa de Washington.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
9:39 Se le llama también a esta flor que emerge de la tierra, la flor de otoño, y su color y su tamaño se ve en relación a los tréboles que tiene al lado, ampliando la fotografía si se pincha sobre ella.
Con la lluvia se arrolla en hélice, hacia la derecha, pero con el sol se abre hacia la izquierda, levógiro, como una copa cuyo borde tuviera la punta ondulada de sus pétalos.
Pongo la mano en el fuego de que ahora mismo está también el azafrán florecido, muy lejos de aquí, en Membrilla, Ciudad Real, porque todos los años coinciden sus floraciones, como si este cólquico y el azafrán estuvieran hermanados en la lejanía.
Empero, y aunque similares en su apariencia, son flores muy distintas. Venenoso el cólquico, comestible el azafrán. Mondar la rosa. Creo que así se llama la tarea de separar los pistilos de los pétalos.
Si hoy hace sol en Membrilla, estarán recolectando de los terrones, las rosas del azafrán. Cuentan que incluso el bulbo del azafrán olvidado en el cesto de la despensa, florece también ahora, en plena oscuridad, alejado de la lluvia, la tierra y el sol, como si
los bulbos de las flores contaran las vueltas que da el mundo para emerger, aún siendo especies distintas, cólquico y azafrán, al mismo tiempo.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. Sé que no es nada, pero para mí es todo, que este portal de la Naturaleza tenga ya 500 lectores únicos. Trataremos de cuidarlos.
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Este cólquico es mucho más bonito abierto al sol que bajo la lluvia, pero es así como está ahora mismo: igual que un paraguas, bajo la lluvia, cerrado.