Y al ir a cortarlas me di cuenta de que las ramas, tenían fruto. Saqué esta fotografía de las ramas en un cubo, en las que se ve que el fruto del laurel es muy parecido a las aceitunas, y que primero son verdes, después del color del vino, y luego negros.
Cuando se abren, se ve que casi todo es hueso, y la parte carnosa desprende un olor muy agradable a limón y a campo.
No es el mejor regalo los percebes, que ahora están muy baratos, sino el laurel que les hace de cama, y cuyas hojas servirán para cocinar todo el año.
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Pinchando sobre la barra verde, se oye al colirrojo tizón, grabado por Eloísa Matheu.
Su canto, acompaña perfectamente a la fotografía del laurel fructificado pues canta todo el año, incluso en invierno, y se acerca a las casas del campo. Es un pájaro pequeño, de un ceniza muy oscuro el macho, con la parte inferior rojiza.
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Feliz fin de semana y hasta el lunes por la tarde a última hora, cuando traiga fotografías y letras de lo que he visto en los encinares toledanos.
Mónica Fernández-Aceytuno
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Corté ayer unas ramas de laurel para poner de asiento a unos percebes, que es un regalo que nunca falla.