9:23 del Miércoles 10 de Diciembre de 2008

Estaba pensando ayer que hacía mucho que no veía un pájaro carpintero, de esos que son verdes y amarillos y rojos, cuando hace un momento,he visto uno aquí mismo.

10:15 Y cuando he ido a disparar con la máquina de fotos, estaba sin batería. Después me he sentado un rato en el pajar, a ver si aparecía, pero nada. Mientras esperaba, salió el sol sobre el campo de grelos de al lado, y un petirrojo se posó en la cerca de los caballos. Son muchos los pájaros que frecuentan el establo, por la abundancia de insectos y de grano, y entre ellos la lavandera, el petirrojo y los gorriones molineros. También de lejos veo a veces un zorzal que se posa en lo alto de un poste. Y hubo días en que las urracas venían cada mañana, hasta que empecé a espantarlas con dos palmadas para simular el disparo de una escopeta, porque a las urracas les tengo una especial manía al expoliar los nidos de los pájaros más pequeños.

No es que yo esperase que viniera por el establo el llamado científicamente Picus viridis, pero podría haberse posado en vertical sobre una de las estacas de castaño, sobre las que busca insectos como si lo que fuera un día un tronco, aún tuviera vida; y además pensé que, a la sombra del alpendre, sentada entre las pacas de hierba, era más fácil que no me viera, si aparecía por allí. Y claro, no ha aparecido. Ni siquiera en la Naturaleza, podemos pretender buscar las cosas. Ya lo dijimos el otro día, sólo hay que contar, sólo se cuenta bien, lo que nos sale por el camino.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Hoy en el TABLÓN DE LOS LECTORES, una parte de la carta envíada por un marino cuyo seudónimo es Miguel de Entremares, y las fotografías realizadas hace unos días por un lector en Galicia. GRACIAS.

NULL