8:40 h El sábado pasado compré un kilo de zamburiñas a buen precio, lo cual quiere decir que están en sazón como las vieiras, esos otros pectínidos más grandes que llevan para beber los peregrinos del Camino de Santiago.
Escribir en una web es una mezcla de radio y de prensa: es escribir en directo. Y en directo escribo cada día, de lunes a viernes, este diario de la Naturaleza, hoy un poco tarde, 10: 53 de la mañana.
Me parece que hoy hace menos frío porque, al amanecer había una manta de nubes sobre un sol rojo que sale ahora por el este, pero más hacia el norte que en ningún otro día del año, al estar alcanzando ya el solsticio de invierno.
Anoche, salí un momento y olía el aire a las cocinas de leña. Por aquí la calefacción es un lujo desconocido y los paisanos, poco acostumbrados a este frío que quema, no se separan de la cocina económica. También se ve, a la puerta de las casas, leña recién cortada, como si hubieran consumido ya la que guardaban para el invierno. Este frío va a talar muchos árboles.
Por la mañana, los árboles que están sin hojas, se ven blancos, sobre todo los árboles de ribera, abedules, alisos, sauces, y casi no se ven pájaros, como si se hubieran muerto de frío, y cuando ves alguno es raro que esté en el suelo helado, y se ven más sobre las ramas, donde al principio crees que están limpiándose el pico, y luego te das cuenta que están comiendo las yemas, a la manera en la que lo hace el camachuelo o picabrotes.
También las telarañas se han helado, y sobre las piedras del camino de mi casa, he descubierto que tiene que vivir alguna especie de araña pues sobre los guijarros hay tendidos de araña que yo no había visto jamás, hasta ayer, cuando se hicieron conspicúos por el hielo posado en sus hilos.
Ojalá llueva mañana.
Hasta entonces, entre la esperada agua de la lluvia.
Mónica Fernández-Aceytuno
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