Nunca había tenido, que yo haya visto, tanta claridad de mar la ría como ayer por la mañana.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
“La naturaleza tiene muchos misterios.
Uno de los que más me atraen, como observadora, es el lugar donde duermen las aves. Sobre todo las pequeñas aves solitarias. Muchas veces me he preguntado dónde pasará la noche, por ejemplo, una tarabilla, o un colirrojo, o un mirlo.
Este duro invierno que estamos viviendo estoy realizando algunos descubrimientos al respecto.
He sorprendido, por ejemplo, a un mosquitero común durmiendo bajo la viga del porche de una casa de campo. Y a un mochuelo que duerme sobre un foco de luz que, aunque apagado, todavía está caliente cuando se posa sobre él.
Y un amigo me ha informado que un petirrojo duerme todas las noches sobre el plafón del porche de su casa de campo.
Parece que las aves buscan el calor de las construcciones humanas en las noches más frías del invierno.
Por otro lado, quisiera contribuir al diccionario de la naturaleza con estas palabras que se utilizan por tierras cacereñas para nombrar algunas aves:
-Pajarita galana: mi padre, que es trujillano, llama así al Alcaudón Común (Lanius senator). En el “Diccionario de nombres vernáculos de aves” de Francisco Bernis aparece el vernáculo cacereño galana, pero no con el matiz de pajarita, que me parece singularmente bello.
-Mícal o Quica: es común en la localidad de Trujillo nombrar así al Cernícalo Primilla (Falco naumanni), que cría en los mechinales del castillo y de las torres de las iglesias y palacios del magnífico conjunto histórico artístico de esta ciudad. En el Diccionario antes citado, aparece el vernáculo mícale para el cernícalo en tierras extremeñas.”
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Nos envía esta carta una lectora extremeña, con más palabras para el diccionario.