Mientras las avutardas ocupan los campos en Gallocanta, están a punto de hacer su entrada las grullas.
Los rebecos tienen los ojos más negros que las plumas de un cuervo.
Los rebecos tienen los ojos más negros que las plumas de un cuervo.
Son ojos enmascarados y grandes, situados como si quisieran marcharse del cráneo por los lados, de forma que cubren casi 360 grados de radio visual.
Estos de la fotografía, son rebecos de un año que “deja la madre para poder parir y después de parir vuelve a buscarlos”, según nos informa desde Posada de Valdeón, Javier Alonso, el cual a su vez tiene como fuente “una persona que para mí es la que más entiende de rebecos en España vecino mío”.
En España hay dos especies de rebecos: “La cantábrica (Rupicapra r. parva) abarca las provincias y núcleos montañosos en torno a la Cordillera Cantábrica de Asturias, León, Cantabria y Palencia; y la pirenaica (Rupicapra r. pyrenaica),comprende las comunidades de Aragón y Cataluña, y la vértice francesa homóloga del Pirineo”, según me contó una vez Ernesto Junco, experto en mamíferos salvajes de Asturias.
También me dijo que el rebeco es la especie más reciente entre los mamíferos europeos, con una antigüedad de un millón de años, y que su rasgo más destacado son sus cuernos, que nacen rectos y perpendiculares al cráneo y terminan en un perfecto gancho cerrado hacia atrás, tal y como podrán ver hoy los lectores en ACTUALIDAD NATURAL,gracias a las fotografías que nos ha enviado Javier Alonso.
El rebeco es un nómada que durante el verano busca las altas cumbres y durante el otoño y el invierno desciende hacia los bosques.
Con sus fotos, nos ha escrito Javier Alonso que “aquí los rebecos se ven siempre ya que es un animal típico de este Valle.”
Y mientras leo su carta me parece que tiene Javier más radio visual que otras personas.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno