Aunque hace días que están galardonados los laureles con sus propias flores blancas...
MF-A
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10:11
La Naturaleza siempre da la segunda mano.
En eso pensaba ayer mientras veía un abejorro de las piedras (Bombus lapidarius)sobre las glicinias que han florecido a la altura del primer piso junto a la mesa donde escribo ahora mismo, sostenidas por una suerte de “tendal” de hierro que termina en unas volutas que recuerdan a las de una caracola.
Todo es puro artificio. El herrero trabajó el hierro tal y como yo le pedi, la glicinia la planté porque una vez entré en la fundación Juan March, y vi pintadas las glicinias de Monet, y las piedras de río que hay justo de donde emergen sus tallos, también las puse yo para que drenara bien el agua de la lluvia y me anunciaran con su ruido que alguien se acerca.
Después ha resultado que entre esos montones de guijarros, han situado su nido estos abejorros de las piedras, lapidarius, y ya están las primeras hembras libando las flores de la glicinia.
Y esta segunda mano que da la Naturaleza, pura espontaneidad de la vida, sobre lo que pusimos nosotros, es la que tiene un valor incalculable.
Feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S Tengo la foto del abejorro libando la glicinia, pero aún tiene más valor, porque tiene sólo la mano de la Naturaleza, sin la nuestra por debajo, esta orquídea silvestre, Orchis lactea, que está florecida hoy a dos kilómetros de Cáceres y que fotografió ayer domingo para nosotros Pilar. Más información sobre las orquídeas, hoy en ACTUALIDAD NATURAL.
La Naturaleza siempre da la segunda mano.